Cada día comienza con la misma rutina (o al menos de Lunes a Viernes). Me despierto temprano, cuando el sol apenas asoma por el horizonte, y lo primero que hago es ponerme mis Nike y salir a hacer ejercicio. No puedo evitarlo, el ejercicio matutino despeja mi mente y me ayuda a generar más ganas y creatividad, preparándome para el día que se avecina en el mundo del marketing digital.
De regreso a casa, mi primera parada es la cocina. Un ritual que nunca me salto es preparar una taza de té matcha con menta. Esa mezcla de amargura y dulzura fresca, con su matiz de verde intenso, es como una inyección de energía para mi día.
Pero antes de ponerme frente a la computadora, algo fundamental: la música. Selecciono una lista de reproducción que encaje con mi estado de ánimo, a veces algo relajado para empezar, otras veces algo más enérgico si sé que enfrentaré tareas demandantes. La música crea una atmósfera que me ayuda a concentrarme y a dejar fluir las ideas.
Mi primera tarea laboral es organizar el día. Abro mi agenda y priorizo las actividades. Las más demandantes van en la parte superior de la lista, esas que requieren toda mi concentración y energía. Saber que las enfrentaré primero me da un impulso de determinación.
Y así, con una estrategia clara en mente, me sumerjo en mi trabajo. Investigación de mercado, análisis de datos, creación de contenido, campañas de publicidad... cada día es diferente, pero siempre emocionante. Cuando me encuentro frente a un desafío, no vacilo en revisar las redes sociales. No solo como una distracción, sino como una fuente de inspiración. Explorar lo que hacen otros, descubrir las tendencias del momento y escuchar lo que mi audiencia tiene que decir, todo esto contribuye a mejorar mis estrategias.
A medida que el sol se pone y el día llega a su fin, me enfrento a las tareas menos complicadas. Responder correos electrónicos, realizar informes y revisar las métricas de las campañas se convierten en mi enfoque. Es como una forma de relajación después de un día lleno de desafíos.
Finalmente, cierro mi computadora con la satisfacción de haber avanzado un paso más en el mundo del marketing digital. Pero sé que nunca realmente desconecto. Las ideas siguen fluyendo, pero la creatividad nunca descansa.
Comments